miércoles, 10 de febrero de 2010

2666

No he tenido la suerte de visitar El Bulli, pero he asistido a la experiencia teatral de Rigola: 2666. Menudo menú degustación de teatro en cinco platos tan diferentes como inolvidables. Con ingredientes tan espectaculares como su elaboración y su presentación o puesta en escena. Desde la sobriedad del primer plato, las texturas del segundo, pasando por el picante agridulce del tercero hasta el filete sangrante e indigesto del cuarto y con el postre del epílogo en el quinto. Cinco estilos de teatro, unas interpretaciones hipnotizantes y un montaje de un riesgo vertiginoso con un uso de los espacios y la escenografía que me dejó absolutamente estupefacto. Que delicia que te sorprendan de esta manera! Como profano acostumbrado a las típicas revisiones de clásicos, que siempre me parecieron buenas falsificaciones de un original irrepetible, acudir a esta adaptación de una historia desconocida fue como presenciar la creación de una verdadera obra de arte. Cuanto trabajo, cuanto riesgo y cuanto gusto. La excitación que me produjo la obra es la culpable de que me vea obligado a dejar testimonio de ella. Merci Xavi por convencernos para ir a verla...
Tendré que comprar y leer el libro... por que además, la historia de Bolaño, me parece más apetecible que nunca.